El criminal nunca gana
“Por muy hábil que sea un criminal, por mucho que intente borrar sus huellas, tarde o temprano será descubierto y caerá sobre él todo el peso de la ley”.
“El criminal nunca gana” fue escrita por los hermanos Baylos - Daniel (que posteriormente siguió su camino en solitario en RNE) y Antonio (jefe de Programas de Radio SEU desde su inauguración en 1941 hasta 1946)-, guionistas que combinaron su trabajo en Radio Madrid con su ocupación de inspectores en el Ministerio de Trabajo. Su emisión inicial fue desde Radio Madrid para pasar posteriormente a ser emitida por la cadena SER de Barcelona y su redifusión por las distintas emisoras filiales. Permaneció en antena desde 1954 hasta 1961.
En 1958 los hermanos Baylos se cambiaron a la REM, continuando la serie con la reposición de antiguos episodios y otros nuevos escritos por Luis Gossé de Blain. Este serial radiofónico supuso un gran éxito en un género, el policíaco, que había nacido en 1943 con la serie “En busca del culpable” de Radio España de Barcelona.
El criminal nunca gana estuvo dirigida por Teófilo Martínez, con Manolo Bermúdez (“Boliche”) como el inspector y Agustín Ochoa como el narrador. Esta serie supuso en septiembre de 1956 el debut en Radio Madrid de Carlos Revilla, sustituyendo al narrador Agustín Ochoa.
El criminal nunca gana estuvo dirigida por Teófilo Martínez, con Manolo Bermúdez (“Boliche”) como el inspector y Agustín Ochoa como el narrador. Esta serie supuso en septiembre de 1956 el debut en Radio Madrid de Carlos Revilla, sustituyendo al narrador Agustín Ochoa.
La serie seguía un modelo importado de la radio norteamericana, aunque el material pasaba primeramente por la censura teniendo que aceptar una serie de “normas”: los hechos tenían que acabar con el triunfo de la ley, no debía darse la sensación que se transigía con el delincuente, los sucesos criminales debían suceder fuera de España y los criminales no podían permanecer más de un capítulo.
Es una lástima no poder escuchar un fragmento sonoro de esta radionovela que mi amigo Salvador Muñoz (que fue quien me animó a indagar sobre ella) escuchaba de pequeño en el despacho de su padre.
Comentarios
saludos anónimos